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“El curador es un producto estrella de esta época de la estupidez”: Entrevista con Fernando Asián (por Alexis Blanco)

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Comencemos citando a José Astudillo López, presidente de la Asociación Española de Pintores y Escultores: 113 años después, el Salón de Otoño es el certamen artístico más antiguo y prestigioso de los que se celebran en España. En Madrid se inició a principios de este mes la 90ma. edición y ahí muestra el maestro Fernando Asián, ilustre hijo adoptivo de Maracaibo. Él vive ahora cerca de Londres y desde allá respondió nuestro decimonónico racimo de once temas. Undecaedro plástico que Asián, uno de los 32 artistas que integran nuestro libro, La concitación del placer, respondió presto y fino:

1 -¿Estos fenómenos muy contemporáneos, como la cuántica y la inteligencia artificial… ¿Cree usted que generarán una nueva era en la historia de las artes visuales?… ¿Con qué nombres se le antojaría a usted definir tal época?

-No sé, podemos, eso sí, especular a partir de lo que sí sabemos. Sabemos, por ejemplo, que hoy la ciencia y la tecnología evolucionan rápidamente y eso hace que cualquier predicción pertenezca más al género de la ciencia ficción; dicho eso, si el futuro va a depender de los actuales políticos la predicción es fácil porque no habrá futuro.

Otro obstáculo a tener en cuenta es el aumento alarmante de la imbecilidad en la población, con ese factor actuando hasta las cosas más descabelladas son posibles. Nos quedaría aún el optimismo intermedio de salvarnos de lo dicho arriba, en ese caso y con un mayor conocimiento y aplicación de la física cuántica al servicio de la humanidad (jeje) y una IA cuántica, estoy seguro que se producirán manifestaciones donde la creatividad pueda desarrollarse. Y así como la tecnología digital nos ofreció herramientas para crear videojuegos, videoarte, proyecciones holográficas o coreografías de drones, ese nivel cuántico se me hace de logros maravillosos.

Aun así espero que siempre se verán artistas practicar todas las bellas artes clásicas si no queremos perder la facultad de conectar manos con neuronas con el riesgo de convertirnos en mascotas de la IA, en lugar de hacer de ella nuestra herramienta para no tener que usar las manos en labores aburridas. Es un cara o cruz según deduzco de lo poco que sé.

2 -¿Son necesarios los críticos de arte para valorar una pieza?

-Veo a los críticos como a las rémoras que viven de la caza del tiburón.
La mayoría de los presentes funcionan a partir de sus preferencias y sólo se ocupan de los artistas que comulgan con éstas. Si alguno de ellos es comisario o miembro de un jurado de premiación sólo participará o ganará una obra cinética, abstracta o de cualquier “ismo” que sea su favorito.

Claro, hay excepciones gloriosas, son aquellos cuyas ideas provienen del arte mismo y son grandes escritores, podrían haber escogido la novela negra para escribir o el western o hasta la filosofía, pero, estos pocos eligieron hacer crítica de arte y, por eso, muy buena. Son poéticos, cultos e ingeniosos y tienen una visión más lejana y perspicaz que los mismos artistas, al punto que sus críticas son obras de arte en sí mismas. Pueden llamarse Adorno, d’Ors, Walter Benjamin, Umberto Eco, Baudelaire, Avelina Lesper, Calzadilla… hacen de sus críticas u opiniones verdaderas cátedras de arte que orientan mejor que nadie al artista por estar cargados de honestidad y buena base. Algunos filósofos y artistas son también grandes teóricos como Platón, Leonardo, Cellinni, Diderot, Jung, Herbert Reed o Tapies.

3 -¿Y los curadores… seguirán siendo quienes pauten y orienten las tendencias y gustos entre la comunidad consumidora de obras artísticas?

-El curador es un producto estrella de esta época de la estupidez, cosas que suceden cuando las circunstancias son propicias. Tienen algo bueno, cuando la exposición resulta muy mal, el artista se salva de toda culpa. Hoy, Murphy habria expresado su teoría de manera distinta, “Si algo puede salir mal habrá un curador”.

El año pasado vi una exposición sobre surrealismo en la Tate British de Londres, saqué la conclusión de que sus curadores odiaban el surrealismo, no recuerdo nada peor. Cuando una curaduría queda muy bien y ves que estás en una exposición de digamos Velázquez, Tiziano, Rembrandt, Vermeer o de Georgia O’Keeffe, Monet o Gauguin, caes en la cuenta de que es casi imposible presentar mal a artistas cuando ya lo hace su sola obra con excelencia.

También conozco excepciones, pero tan pocas, que para inventarse una profesión con tres o cuatro especialistas es preferible contratarlos y darle otro nombre a esta “especialidad”. Un buen asesor de procesos involucrados con la estética, como los buenos arquitectos y muchos artistas, tienen el instinto, el gusto y el conocimiento para presentar cualquier obra de arte. Es un desperdicio pagarles a curadores para presentar exposiciones donde sólo ellos se benefician y donde después no se vende nada.

De los curadores dice Ramón Casalé: “Parecen ser los nuevos ‘gurús’ del arte contemporáneo …, pero considero que la influencia es más teórica y mediática que real, o sea, que no influye en las nuevas tendencias como anteriormente había ocurrido con Giulio Carlo Argan, Edward Lucie-Smith o Germano Celant”.

4 -Conocedor de ambos terrenos, ¿qué diferencias encuentra entre la forma en que se mueve el mercado de arte, aquí y allá?… ¿cuál sería ese par de diferencias clave y qué sugeriría para reorientar esas tendencias?

-No sé si existe ese “mercado del arte”, de verdad. Esto me recuerda las lecturas de Frei Betto sobre el mercado, pueden encontrarse en Google escribiendo Frei Betto y el mercado, pasarán un buen rato, son muy divertidos estos artículos de este fraile dominico brasileño.

Él dice que en el mercado del arte actúa el marchante. Aquí hay más marchantes que en Venezuela, también hay más galerías, más eventos artísticos, más galerías y más coleccionistas.

Pero el arte, en general, lo que necesita es mayor y mejor soporte del Estado en cualquier parte y más organización y colaboración entre los propios artistas, asuntos estos casi utópicos.

5 -Continúa con su cátedra abierta sobre arte en sus redes sociales… ¿Cómo enfocaría esa relación de “feedback” y hacia dónde cree que llegará esta serie de herramientas que cambiaron el sentido y el discurso del diálogo multilateral sobre las diversas disciplinas…?

-Esa cátedra, como la llamas, nace exclusivamente de mi interés en aprender. La Historia del Arte es un verdadero océano. Para mi enorme sorpresa, el pénsum de la Feda no incluía la Historia del Arte. Fui el único profesor de su Escuela de Artes Plásticas durante unos pocos años y lo primero que hice fue elaborar un programa para mi cátedra de Dibujo con la inestimable colaboración de la profesora Luzmila Niño, mi esposa, experta en programación educativa y basado en la Historia del Arte.

Aprendí muchísimo enseñando y lo sigo haciendo, ojalá siempre pueda hacerlo como ahora en mi perfil de Facebook, donde, casi a diario y con poca investigación, conozco una obra o un artista nuevos para mi. Siempre he tenido una computadora Mac desde los años ’80.

Recuerdo mis primeras búsquedas en internet sobre arte, no había casi nada, así que me dediqué a elaborar contenidos sobre el tema usando mis libros, con los años han aparecido miles de creadores de contenidos sobre las artes en la web; hoy, cada vez más, puedes encontrar lo que se te ocurra, por eso al final de los ’90 decidí darle forma a un evento artístico-educativo de participación internacional, gracias a internet, para enseñar y difundir el uso de la tecnología digital, del software libre y, sobre todo dada la masificación del acceso a PC y periféricos, del arte digital en general en Venezuela.

6 -¿Podría contarnos cómo ha transcurrido, a nivel creador, esta etapa de su vida, entre Inglaterra y España?… ¿Cuáles son esos eventos insoslayables y extraordinarios que han perfilado esta nueva etapa como artista, ya maduro y con una mirada polimática?

-Recuerdo un día que, paseando con Sergio Antillano, me dijo que los pintores no aprendíamos a pintar hasta después de los 60 años, cierta razón tenía, aunque ahora pienso que esa afirmación puede aplicarse a cualquier oficio, si no te pudres antes terminas madurando una manera determinada por ese resumen del tiempo en que nos convertimos a la larga. Estoy descubriendo estos lugares y a mí mismo.

7 -El dibujo como oficio también experimenta un vigoroso repunte, signando incluso la cualidad renovadora de la pintura en general… Hablo del vértigo cuasi fanático que generan las nuevas lecturas desde el animé, el manga y la industria del cómic, etcétera… ¿Cómo aborda usted tal fenómeno?…¿Podría regalarnos un amplio briefing sobre este tema?

-Creo que el dibujo es como la estructura de casi todo, incluido lo que sólo se imagina, hasta a los fantasmas o espíritus desconocidos tratamos de darles forma, una parte del arte contemporáneo decidió ser a partir de emociones, ciertas o simuladas, y olvidarse hasta del conocimiento mismo, no comprendo casi ningún proceso artístico que no tenga un sentido, cierta lógica matemática vestida de magia si la suerte acompaña.

8 -¿Qué pasa si no se entiende una obra de arte?… ¿Que deberían hacer estos Estados nuestros del trópico, en materia educativa, para resolver esa pregunta anterior?

-Me haces recordar a Herbert Reed, cuando decía que una obra de arte es cualquier objeto excelente producido por el ser humano; según él una obra de arte es una silla o un zapato si reúnen utilidad, nobleza, funcionalidad, estética, etc, etc. Si no entiendo un zapato probablemente no sea bueno como zapato.

Reed también tocó el tema del conocimiento, para él la máxima obra de arte sería un Formula 1 por reunir todo el conocimiento científico y el artístico que la humanidad ha podido desarrollar, mientras más conocimiento y belleza contenga la obra de arte más capacidad tendrá de expresar y de ser comprendida.

No sé si los Estados son capaces de hacer cosas, ojalá el tiempo y las circunstancias se confabulen para traernos más siglos de oro, más generaciones iluminadas, ha pasado otras veces, esa relación simbiótica entre talento, espontaneidad y magia.

9 -Ahora mismo lo encontramos ejerciendo el regocijo de construir esculturas desde su dibujística…¿Podría contar a nuestro lector lego en qué consiste este proceso de trabajo creador con la escultura?

-Ya hablamos del dibujo como estructura, pues la escultura podría decirse que es una expresión artística semejante a la música en una realidad sin luz. Si la pintura es el día, la escultura es la noche, hasta que adopta tamaños monumentales, claro.

10 -¿Es posible, mejor, qué se podría hacer para ayudarlo a relanzar su exitosa e innovadora experiencia del Salón de Arte Digital, aún desde allá..?

-El Salón de Arte Digital fue una consecuencia del uso de las herramientas tecnológicas para crear arte y pensé en desarrollar un evento capaz de ofrecer la oportunidad de aprender a usar estas herramientas y de compartir la producción que es posible lograr con su uso, para ello constituí con mi mujer y un grupo de amigos de ideas afines el tema la organización Carpe Diem, Arte, Ciencia y Sociedad, cuyo nombre definía su razón de ser.

Hubo un tiempo propicio para esto en su inicio en 1999, a partir de ahí la experiencia del Salón de Arte Digital se desarrolló paralelamente a la popularización de los productos digitales y el Salón fue abordando el fenómeno digital en diez ediciones donde la participación internacional demostraba cómo esto era una revolución de interés global. Nuestra atención al tema se diversificó y nacieron otros proyectos, como los festivales de animación y videoarte o la Escuela Digital.

Desafortunadamente la situación nacional complicó la realización de más ediciones y decidí profundizar en mi labor personal y en buscar los horizontes adecuados para ello. Sí creo en las posibilidades que la misma tecnología ofrece para que el Salón pueda hacerse cuando las circunstancias vuelvan a ser propicias.

11 -¿Qué sugerencias o consejos tendría para ayudar a los artistas jóvenes a vislumbrar sus particulares senderos estéticos?

-Poco más de lo que ya hemos hablado aquí. Un artista, generalmente, sólo puede ser lo que es, todo aquello que pueda reafirmamos en nuestra condición, bienvenido sea. Esa es nuestra ambición y proposito esencial, ser lo que somos. Búsqueda de conocimiento fuera y dentro de nosotros, práctica continua de nuestras habilidades y una conciencia clara del Aquí y Ahora.

Lee también: En el marco del Día Nacional de Teatro: Crónica Caracas Filven 2023 (Alexis Blanco)

Alexis Blanco



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