La cañada del barrio Los Robles, parroquia Luis Hurto Higuera, Maracaibo, estado Zulia, se ha dado el lujo de ponerle el pecho e imponerse a las más grandes promesas incumplidas de embaulamiento que le han hecho los gobiernos de diferentes colores que han pasado por la Alcaldía de Maracaibo y la Gobernación de Zulia, desde hace más de 55 años que lleva esa comunidad de fundada.
Y ahora se agravaron sus penas: tiene dos bocas de visita derramando residuos putrefactos las 24 horas del día, lo que ha traído como consecuencia, además de los malos olores y el aspecto infrahumano del sector, un criadero de zancudos de más de 100 metros de largo.
Una cuadrilla de la Alcaldía de Maracaibo llegó e hizo una inspección de las tanquillas, y se marchó con la promesa de venir al día siguiente con un camión vacum, y de eso han pasado dos meses.
A tal situación tenemos que sumarle el racionamiento de Corpoelec. Nadie se imagina estar en la noche sin luz a la orilla de un criadero de zancudos, batallando con esos insectos que no tienen pico, sino una jeringa como las que utilizan los odontólogos para anestesiar a los pacientes.
No hallo a que organismo hacerle el llamado, en vista que ninguno ha hecho caso hasta el momento, sin embargo, ese trabajo corresponde en primer lugar a Hidrolago, sin olvidarnos de que tenemos alcalde y gobernador, quienes deberían estar atentos y ayudar en la medida de las posibilidades en la solución de las penurias y las necesidades de sus comunidades.
Alberto Morán